El capitán del Real Zaragoza lo ha dejado claro en el diario Olé. Se quiere marchar. No quiere estar en este desastre club que se está hundiendo poco a poco. Según las palabras del propio jugador, este mismo año, no tenía intención de marcharse de Zaragoza. Supongo que las cosas cambian.
Es el primer en saltar, detrás lo harán otros, seguro. Pero no se marcha un jugador que lleva un par de temporadas aquí, no se va un jugador al que se le tiene estima. Se va un estandarte para la afición, alguien que ha demostrado que le importa el escudo que lleva en el pecho. Alguien que sabiendo sus carencias futbolísticas ha tirado siempre de garra, algo importante para un equipo como el Real Zaragoza.
¿Su destino? Está divido en entre el River Plate, un equipo que siempre ha estado en el corazón del mediocentro argentino y el Newell's Old Boys, conjunto con el que debutó en Primera división y al que no ha olvidado. Todo apunta a que será River el que se haga con los servicios del jugador, y es que a pesar de estar en división de plata sigue siendo uno de los más poderosos de Argentina.
Si bien, al todavía jugador del Real Zaragoza le quedan salvar dos escalones. Aguirre y Agapito. El primero ha reconocido que no pondrá pegas a su marcha, quizá porque sabe que el también tiene un pie fuera. El segundo es más complicado porque es tan impredecible que no se sabe cómo actuará.
En esta ocasión no te dejan marchar. Sino que tu abandonas a una afición que siempre te recordará.
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